Alina de Armas Remis
Mujer, esa palabra de apenas cinco letras que tanto encierra y representa en sí misma.
Emprendedora, trabajadora, madre y muchas veces, padre a la vez, hija, hermana, abuela…
Aunque en el mundo cada vez se reivindica más el papel que juega la mujer en la sociedad, sueño con el día en que no sea preciso festejar o celebrar una fecha específica.
Significará que habremos llegado a esa normalidad e igualdad entre hombres y mujeres por la que tanto se ha luchado y se sigue luchando.
Porque:
“No hay barrera, cerradura, ni cerrojo, que puedas imponer a la libertad de mi mente”
(Virginia Woolf)
A día de hoy, las mujeres también ganan un espacio importante dentro del mundo del emprendimiento, siendo capaces de conciliar profesión, familia y sueños.
Emprender por la vida que sueñas
Las mujeres emprendedoras desde hace mucho triunfan en el mundo de los negocios.
A medida que se involucran en la creación y gestión de empresas, superan obstáculos y avanzan con paso firme e impulsan un necesario cambio económico y social.
Históricamente, aunque no siempre hayan sido reconocidas como se merecen, las mujeres desempeñan un papel esencial en la economía global.
Y dentro de la amplia vida profesional femenina, la mujeres que han decidido priorizarse, pensar en sí mismas y en la conciliación de su día a día, crecen en protagonismo.
Un estudio reciente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), reconoce que las mujeres emprendedoras representan el 30% de los empresarios del mundo actual.
Y no solo eso…
Además, se ha demostrado que las empresas dirigidas por mujeres son más rentables y productivas a largo plazo que aquellas que encabezan hombres.
Pero ahí no está lo importante.
Lo ideal sería llegar a la tan necesaria igualdad y al día en que no se precisen de investigaciones ni datos como estos porque mujeres y hombres sean vistos desde igual óptica.
Pero, no se trata de poderes o súper poderes.
Para nada.
Las mujeres merecen ser valoradas por lo que hacen y cómo lo hacen y no juzgadas por lo que son.
Muchos no, yo diría que demasiados, son los obstáculos y trabas que a día de hoy aún sufren las mujeres emprendedoras.
Su camino hacia el éxito empresarial está lleno de altibajos.
La falta de acceso a la financiación es una barrera importante, muchas emprendedoras tienen dificultades para obtener préstamos y financiación de capital de riesgo.
A lo que podemos sumar la ya mencionada discriminación de género, los estereotipos que aún subsisten y la falta de redes de apoyo empresarial.
Pero como buenas “guerreras”, muchas mujeres emprendedoras se enfrentan a cada barrera que se interponga en su camino, se ayudan, se agrupan, buscan opciones y salen airosas.
El crowdfunding, como forma de financiación para recaudar fondos directamente de los inversores, los movimientos de apoyo a emprendedoras, los grupos de networking, las redes sociales, son algunas de las variantes.
Las mujeres emprendedoras también lideran el cambio en la innovación y la sostenibilidad.
Juntas han creado empresas que abordan problemas sociales y ambientales, como la igualdad de género, la reducción de residuos y el uso de energías renovables.
Desde el momento en que deciden crear y gestionar sus propios emprendimientos, luchar por sí mismas, caminar en pos de sus objetivos y perseguir sus sueños, marcan la diferencia.
Por muchas barreras u obstáculos que surjan, las mujeres emprendedoras siguen demostrando que son una fuerza poderosa en el mundo de los negocios.
Y eso, ten por seguro, que las hace sentirse más plenas y ser más felices.
Igualmente felices
La felicidad es un estado de ánimo que todas las personas buscan y quieren en su vida.
Es un concepto complejo y multifacético difícil de definir, pero para muchas mujeres, la felicidad se encuentra en el equilibrio.
El equilibrio entre la vida personal y profesional, entre la independencia y la conexión con los demás, entre el autocuidado y el cuidado de los demás.
Para encontrar dicho equilibrio, es preciso que las mujeres se permitan al mismo tiempo explorar sus propios intereses y necesidades.
Tomarse un tiempo libre del trabajo y realizar actividades relajantes, leer un libro, caminar en la naturaleza o simplemente pasar tiempo con amigos y familiares.
Resulta esencial rodearse de personas que apoyen y valoren todo su esfuerzo.
Como parte de ese equilibrio, también convive la necesidad de formar relaciones sólidas y significativas con amigos, familiares y parejas, así como establecer conexiones con otros miembros de la comunidad y participar en actividades sociales.
Felicidad, además, es dar y ayudar a los demás.
Muchas mujeres se sienten realizadas y muy útiles en el voluntariado y en ayudar a aquellos que lo necesitan.
Lo que puede ser la mejor forma de conectar con la comunidad y marcar la diferencia.
Pero…
¿Qué papel juega la igualdad de género en la felicidad de las mujeres?
La igualdad de género y que sean valoradas en su justa medida, es un factor clave para la felicidad de las mujeres.
Cuando tienen las mismas oportunidades y derechos que los hombres, pueden desarrollar su potencial y alcanzar sus metas y objetivos, disfrutar de relaciones más saludables y equitativas y tener una mejor calidad de vida en general.
Y ojalá fuese así de simple.
Sin embargo, la desigualdad de género sigue siendo un problema importante en todo el mundo.
Las mujeres aún enfrentan discriminación y barreras en el lugar de trabajo, la educación, la distribución de las tareas, la remuneración laboral y otros aspectos de la vida.
Todo ello afecta negativamente su salud mental y bienestar.
¿Cómo podemos trabajar juntos en pos de la igualdad de género?
Para lograrla y promover la felicidad de las mujeres, es preciso romper barreras, estereotipos y prejuicios.
- Abogar por políticas y leyes que promuevan la igualdad de género, como la igualdad salarial y el acceso a la educación y la atención médica.
- Fomentar una cultura de igualdad de género en el hogar, la escuela y el lugar de trabajo, donde se valoren y respeten las habilidades y perspectivas de todos.
- Proporcionar apoyo y recursos a las mujeres en todo el mundo, incluyendo oportunidades de formación y mentoría.
- Fomentar la inclusión y la diversidad en todos los entornos de la vida, para garantizar que todas las personas tengan las mismas oportunidades y sean valoradas por su talento y habilidades, sin importar su género, raza o cualquier otra característica.
La igualdad de género es un proceso en constante evolución, un camino que cada vez vence más escollos, pero, aunque se logran avances importantes en los derechos y oportunidades de las mujeres, aún hay mucho por andar.
No hay sitio de este mundo en el que no se pongan ciertas trabas a las mujeres para acceder a la educación, la política, la igualdad salarial, la violencia o discriminación.
A la par, cada día emergen movimientos y esfuerzos por parte de gobiernos, organizaciones internacionales y personalidades a título personal, que luchan por la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
Vivimos momentos claves.
Toca seguir avanzando y ya no detenernos jamás.